Se deteriora el estado de salud de periodistas presos, constata el CPJ

Nueva York, 11 de julio del 2005—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está sumamente preocupado por el deterioro en el estado de salud de varios periodistas cubanos encarcelados desde hace más de dos años. El CPJ reitera su llamamiento a la liberación inmediata e incondicional de los 23 periodistas, presos injustamente por su labor informativa.

En entrevistas telefónicas con familiares de los periodistas presos, el CPJ constató que el estado de salud de varios periodistas que ya tenían padecimientos antes de ser encarcelados ha empeorado en las prisiones; mientras que otros han contraído nuevas enfermedades. La mayoría de los periodistas presos están lejos de sus hogares, lo que significa una carga más para sus familias. Adolfo Fernández Saínz, Víctor Rolando Arroyo, Fabio Prieto Llorente e Iván Hernández Carrillo son algunos de los que están encerrados en penales ubicados a cientos de kilómetros de sus hogares.

El periodista Pedro Argüelles Morán, quien se encuentra en la prisión Nieves Morejón, en la provincia central de Sancti Spíritus, ha adquirido varias enfermedades durante el encarcelamiento, entre ellos enfisema pulmonar, según la esposa, Yolanda Vera Nerey. El periodista tiene cataratas en ambos ojos y está prácticamente ciego. A finales de junio, lo trasladaron a la enfermería de la prisión después de quejarse de problemas digestivos. Vera Nerey agregó que Argüelles Morán tiene las rodillas y las piernas inflamadas y un médico le ha dicho que tiene artritis generalizada.

El periodista Pablo Pacheco Ávila padece de hipertensión arterial, problemas gástricos, cefalea aguda migrañosa e inflamación en ambas rodillas, según la esposa, Oleivys García Echemendía. En abril lo llevaron a un hospital para recibir tratamiento por problemas digestivos y a principios de junio lo regresaron a la prisión de Morón, en la provincia central de Ciego de Ávila. Durante su ingreso en el hospital, recibió fisioterapia por los problemas de las rodillas, que se habían agravado hasta el punto en que prácticamente no podía caminar, indicó García Echemendía.

Otro periodista, Juan Carlos Herrera Acosta, tiene una cardiopatía e hipertensión arterial, entre otros padecimientos, confirmó la esposa, Ileana Danger Hardy. Tras ser hospitalizado en los meses de marzo y mayo para recibir tratamiento por la hipertensión, a principios de junio lo devolvieron a la prisión de Kilo 8. Danger Hardy señaló que en varias ocasiones durante el encierro, Herrera Acosta se ha infligido heridas para protestar por las condiciones penitenciarias y el maltrato a que lo han sometido.

Al periodista Omar Ruiz Hernández le han detectado hipertensión arterial severa y ensanchamiento de la vena aorta, según la esposa, Bárbara Rojo Arias. En mayo pasado, después de que se negó a pararse en atención cuando pasaba un oficial de la prisión, lo llevaron a una celda pequeña y con poca ventilación en la prisión de Canaleta. En esos tres días en la celda, con un calor intenso, le subió la presión arterial. Rojo Arias añadió que la alimentación de su esposo era pésima y que él sobrevivía con los alimentos que ella le llevaba en las visitas a la prisión.

El periodista José Luis García Paneque tiene problemas intestinales, indicó la esposa, Yamilé Llanes. Desde diciembre del 2004 está en el hospital de la prisión Combinado del Este, en La Habana. Llanes precisó que su esposo ha bajado de los 86 kilogramos que pesaba antes de su encarcelamiento a su peso actual de 50 kilogramos. Además, tiene la presión arterial muy baja y ocasionalmente tiene diarreas. Como tratamiento recibe vitaminas, ácido fólico y un suplemento nutricional. No obstante, afirmó Llanes, no recibe una dieta adecuada y ella tiene que llevarle alimentos cada dos semanas.

El periodista Ricardo González Alfonso continúa en la prisión del Combinado del Este, según la esposa, Álida Viso Bello. Se le ha presentado una infección bacteriana desde que le extirparon la vesícula en enero pasado. Aunque le han estado suministrando antibióticos, la infección no ha desaparecido, refirió Viso Bello.

Otro periodista, Alfredo Pulido López, padece de bronquitis crónica, neuralgia occipital, hemorroides e hipertensión arterial, afirmó la esposa, Rebeca Rodríguez Souto. Aunque lo han tratado por sus padecimientos, su estado de salud continúa deteriorándose. Rodríguez Souto sostuvo que cuando lo vio en la visita del 25 de abril, Pulido López estaba muy pálido y muy delgado.

“El deterioro en la salud de estos periodistas nos recuerda la terrible situación en que se encuentran. El gobierno cubano es responsable de esta violación de los derechos humanos y no debe permitir que transcurra otro día sin garantizarles una atención médica adecuada a los periodistas presos”, declaró Ann Cooper, Directora Ejecutiva del CPJ. “Pero por encima de todo, el gobierno cubano debe liberar inmediatamente a estos 23 periodistas, al igual que a los demás prisioneros de conciencia encarcelados en la ofensiva gubernamental contra la disidencia”.

Los 23 periodistas que continúan presos forman parte del grupo de 29 periodistas encarcelados en marzo del 2003, cuando el gobierno cubano los arrestó en momentos en que el mundo estaba atento a la guerra de Iraq. Los periodistas fueron condenados en juicios sumarios y a puerta cerrada, acusados de cometer actos contra los intereses del Estado, cargos que en realidad se derivaban de la labor informativa que realizaban.

Cuba es uno de los países con mayor número de periodistas encarcelados, solamente superado por China. En marzo, 107 destacados periodistas y escritores latinoamericanos se adhirieron a una iniciativa del CPJ y en una carta al Presidente Fidel Castro Ruz reclamaron la liberación inmediata e incondicional de todos los periodistas cubanos presos.

Para leer la carta y para conocer más sobre la ofensiva del gobierno cubano contra la prensa independiente, visitar la siguiente dirección: http://www.cpj.org/Briefings/2005/cuba_crackdown_05/cuba_crackdown_main_Sp.html.

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