Silencio o muerte en la prensa mexicana

En sus propias palabras

“Esto les va a pasar a los que no entienden. El mensaje es para todos”. 
-Nota dejada junto al cuerpo de Valentín Valdés Espinosa, reportero de un diario de Saltillo, asesinado en enero de 2010 después de publicar detalles de una redada antidrogas.

“Aquellos ataques en los que la víctima es un periodista, en mi opinión, pueden y deben ser considerados delitos federales”.
-Presidente Felipe Calderón Hinojosa, al comentar una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en marzo de 2010.

“Decidí cruzar la frontera, aún y cuando no traía pasaporte… Sabía que las autoridades de migración me detendrían, pero preferí eso a estar muerto”.
-Ricardo Chávez Aldana, periodista mexicano de Radio Cañón de Ciudad Juárez en diciembre de 2009. Chávez había recibido amenazas de muerte por sus comentarios en la radio.

“Hemos aprendido la lección. Para sobrevivir publicamos lo mínimo”.
-Alfredo Quijano, jefe de información del Norte de Ciudad Juárez, al CPJ en junio de 2009 después del asesinato del periodista Armando Rodríguez.

“El estado mexicano está consciente de que la impunidad ante estos crímenes incentiva su repetición y fomenta la autocensura por parte de los comunicadores y periodistas, situación que vulnera el derecho a la libertad de expresión y merma las bases del estado de derecho”.
-Carlos Aguilar, titular de la Unidad Para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, en un discurso por el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 2008.

“Hace un mes me senté junto al ciberpolicía, prendí mi computadora y abrí mi blog. Allí estaban las amenazas: ‘Mi estimada lidia cacho prepárate que pronto aparecerás degollada, tu cabeza tan bonita afuera de tu departamento a ver si eres tan valiente ciao”.
-Lydia Cacho, destacada periodista mexicana, en un blog escrito para el CPJ en agosto de 2009.

“Es preocupante el hecho de que en nuestro país, cuando se denuncia la agresión a un periodista o medio de comunicación, genera muchas reacciones que van desde la más honda indignación a la absoluta indiferencia, pasando por cierta complacencia e, incluso, intentos velados de justificación.”
-Tomado de un informe de febrero de 2010 emitido por la comisión de la Cámara de Diputados que monitorea los ataques contra la prensa.

“En general se puede ejercer el periodismo sin mayores problemas, dejando a un lado el asunto del narcotráfico”.
-Octavio Orellana Wiarco, entonces fiscal especial para la atención de delitos contra la prensa, restándole importancia a los ataques contra los medios de comunicación en una declaración ante reporteros de Durango en octubre de 2007.

“La principal fuente de peligro para los periodistas es la delincuencia organizada… y la segunda es el gobierno. El peor escenario para los periodistas es cuando la delincuencia organizada y el gobierno se asocian. Y en muchas partes del país están completamente entrelazados”.
-Gerardo Priego Tapia, ex diputado federal, en declaraciones al CPJ en septiembre de 2008.

“Periodistas, ya estamos aquí, pregúntenle a Eliseo Barrón. ‘El Chapo’ y el Cartel del Poniente no perdonan; cuidado soldados y periodistas”. 
-Tomado de una manta que colgó el cartel de Sinaloa en una de las avenidas principales de Torreón en mayo de 2009. El reportero local Eliseo Barrón había sido asesinado días antes.

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