Preocupa al CPJ la falta de avances en la investigación del asesinato de Larry Lee

9 de noviembre de 2001

Adolfo González Rodas
Fiscal General de la República de Guatemala
Ciudad de Guatemala, Guatemala
Por fax: 011-502-221-2718

Estimado Sr. González Rodas:

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), una organización independiente dedicada a la defensa de la libertad de prensa alrededor del mundo, está sumamente preocupado por la falta de progreso en la investigación del asesinato en 1999 de Larry Lee, corresponsal del servicio cablegráfico de noticias financieras BridgeNews en Guatemala.

Aunque se desconoce el móvil del asesinato de Lee, resulta bastante claro que la investigación ha sido sumamente deficiente. Debido a que las autoridades guatemaltecas aún no han determinado quién mató a Lee o por qué fue asesinado, el CPJ no puede descartar que el móvil haya sido su trabajo.

El 28 de diciembre de 1999, un amigo encontró el cuerpo de Lee en la cama de su apartamento en la Zona Uno, un céntrico distrito de Ciudad de Guatemala. Lee había sido apuñaleado en la garganta, la espalda y el costado, y la puerta del apartamento estaba abierta. De acuerdo con noticias difundidas por la prensa local, había periódicos regados en el piso de su apartamento, lo que sugiere que hubo una riña.

Lee, reportero de temas financieros y económicos, comenzó a trabajar como periodista independiente con BridgeNews en agosto de 1998, y se convirtió en empleado a jornada completa cinco meses después. Nacido en 1958, trabajó como reportero independiente, reportero de planta y editor de varios periódicos estadounidenses, entre otros el Memphis Commercial Appeal, el Knoxville News-Sentinel, el El Paso Herald-Post, el San Antonio Express-News y el Dallas Morning News.

Aunque se cree que Lee no recibió amenaza alguna por su trabajo, se dice que estaba trabajando en una noticia delicada acerca de los abusos a los derechos humanos en Guatemala.

La investigación del asesinato de Lee ha sido una tragedia de errores, y probablemente se hubiese estancado por completo si no fuera porque la familia del periodista ha luchado por mantener viva la indagación. Las huellas digitales extraídas de la escena del crimen nunca fueron identificadas. La policía sólo realizó entrevistas superficiales con los amigos de Lee y rápidamente perdió contacto con por lo menos un individuo identificado como posible sospechoso. Tardó cerca de dos meses para que se emitiera el informe con los resultados de la autopsia.

Las autoridades guatemaltecas han mantenido clausurado el apartamento de Lee por casi cuatro meses. Cuando Scott, el hermano de Lee, finalmente logró entrar, encontró una toalla con manchas de sangre que no correspondían con el tipo de sangre de Lee. No fue sino tres meses después que la sangre fue enviada a Colombia para analizar el ADN. Los resultados aún no han sido recibidos en Guatemala.

Quien quiera que haya asesinado a Lee, aparentemente le robó su celular y lo utilizó para hacer llamadas; pero las autoridades no han hecho ningún intento por obtener un registro de las llamadas que pueden haber sido hechas después de su muerte. La familia de Lee obtuvo una copia de la cuenta telefónica de Lee por medio de BridgeNews y utilizó a un investigador privado para que hiciera una verificación rápida de varios de los números llamados; pero la policía guatemalteca no ha seguido esta pista, según el St. Louis Post-Dispatch.

El CPJ ha seguido con preocupación la investigación del asesinato. Nos sentimos desalentados por sus serias deficiencias. Sin embargo, nos anima la noticia de que se ha designado a una fiscal especial para que lleve la investigación de éste y los casos de otros siete ciudadanos estadounidenses que han sido asesinados en Guatemala desde diciembre de 1999. El CPJ espera que la Fiscalía logre enjuiciar al asesino de Lee. Continuaremos vigilando la investigación, y le solicitamos respetuosamente que nos envíe cualquier nueva información a medida que ésta vaya surgiendo.

Atentamente,

Marylene Smeets
Coordinadora del Programa de las Américas